Cuando la tierra deje de girar,
cuando las palabras maten a las armas.
Cuando las heridas atraviesen la piel y se pierdan en el aire,
y una sonrisa marchite las lágrimas que habitan en disfraces,
congeladas, endureciéndose en el tiempo.
Cuando se extingan los silencios y no duelan los recuerdos,
ni acechen los fantasmas del pasado,
y se revelen los locos contra los cuerdos.
Cuando se quiten la careta los payasos
y no sangren los espejos.
Cuando el tiempo deje de volar
y el olvido se acuerde de olvidar lo que duele recordar,
y la memoria mantenga vivos los muertos
y los momentos perfectos que desaparecieron.
Cuando empiece el fin,
cuando termine el principio
y una lluvia fugaz se lleve consigo todos los miedos.
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